Mercurio: veneno en el Medio Ambiente
miércoles, febrero 10, 2010 | Author: MejorSinMercurio

Compuestos de mercurio
Los compuestos de mercurio, son productos químicos altamente peligrosos para la salud humana y el medio ambiente. Su uso está severamente restringido. Las restricciones comprenden todas las formulaciones y usos de productos para protección de plantas que contengan compuestos de mercurio, incluyendo compuestos inorgánicos, alquílicos, alcoxialquílicos y arílicos.

Resumen de la medida de prohibición
Los compuestos de mercurio fueron excluidos de la lista de sustancias activas autorizadas para el uso en productos de protección de plantas en 1991 bajo la Ley, en muchos países, para protección de plantas contra plagas y pestes. y edo.

Está prohibida la producción, uso y comercialización de todos los productos de protección de plantas que contengan Compuestos de Mercurio, incluyendo compuestos de Mercurio inorgánicos, alquílicos, alcoxialquílicos y arílicos.

Los compuestos de mercurio están designados como productos químicos CFP.

Está permitido el almacenamiento y uso del producto químico para la investigación o propósitos de laboratorio en cantidades menores de 10 kg.

De acuerdo a la reglamentación sobre prohibiciones y restricciones en la comercialización y uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos, los compuestos de mercurio no pueden ser usados como sustancias y componentes de preparaciones entendidas para el uso en:
- prevención de incrustaciones por microorganismos, plantas o animales de:
> los cascos de los barcos,
> jaulas, flotantes, redes y cualquier otro aparato o equipo usado para la pesca o cultivo de mariscos,
> cualquier aparato o equipo, parcial o totalmente sumergido;
- en la conservación de la madera;
- como impregnante de textiles industriales resistentes e hilos destinados a su manufactura;
- en el tratamiento de aguas industriales, independientemente de su uso.

Será prohibida la comercialización de baterías y acumuladores, que contengan más del 0,0005% de mercurio por peso, incluyendo aquellos casos donde estas baterías y acumuladores estén incorporados a aparatos. Estarán exentas de esta prohibición las baterías a botón y las compuestas de baterías a botón con un contenido de mercurio de no más del 2% por peso.

Peligros y riesgos conocidos respecto a la salud humana
El sistema nervioso es muy sensible a todos los tipos de mercurio. La exposición a altos niveles de cualquier tipo de mercurio puede dañar permanentemente el cerebro, riñones y el feto en desarrollo.

Los efectos en la función cerebral pueden resultar en irritabilidad, timidez, temblores, cambios en la visión o audición y problemas de memoria. Altas exposiciones a los vapores de mercurio pueden causar dolor de pecho, falta de respiro y secreción de fluidos en los pulmones (edema pulmonar) que puede ser fatal.

El metil mercurio y los vapores de metales de mercurio son particularmente dañinos, porque llega al cerebro más mercurio. Las exposiciones a largo plazo pueden nublar los ojos. El contacto con el cloruro de mercurio puede causar quemaduras a la piel y daños permanentes a los ojos.

El mercurio se acumula también en el cuerpo y puede absorberse a través de la piel. Los trabajadores en las industrias que usan o producen mercurio y sus compuestos (minas de mercurio y refinerías, manufactura química, campos dentales/de salud, fábricas metalúrgicas) están a riesgo de exposición.

Los trabajadores de plantas de energía de combustibles fósiles y de la industria del cemento pueden estar expuestos a los compuestos de mercurio si están expuestos a las emisiones de los procesos gaseosos.

Los consumidores pueden estar expuestos al mercurio y a sus compuestos por exposición al aire de las instalaciones que lo producen y procesan (que usan el mercurio y sus compuestos) y comiendo pescado o marisco contaminado con metil mercurio. La gente puede también estar expuesta al mercurio por trabajos dentales y tratamientos médicos.

Peligros y riesgos conocidos respecto al medio ambiente
Tanto el mercurio como sus compuestos tienen toxicidad muy aguda (a corto plazo) y muy crónica (a largo plazo) para la vida acuática. El comer pescado contaminado con mercurio ha causado envenenamiento en seres humanos; aves y animales terrestres expuestos podrían también estar sujetos a los mismos efectos.

No hay datos suficientes para determinar la toxicidad aguda del mercurio y sus compuestos en plantas, aves o animales terrestres.

El mercurio y sus compuestos son altamente persistentes en el agua y en el medio ambiente y se bioacumularán o concentrarán en los tejidos de los peces. Estas concentraciones serán considerablemente mayores que las del agua donde se pescan los peces. El cloruro de mercurio actuará como una partícula, que sigue las pautas del viento y es depositada por la lluvia. El mercurio elemental puede ser un gas en la atmósfera.

Las emisiones de mercurio y/o los compuestos de mercurio pueden producir elevadas, pero de todas formas concentraciones a bajo nivel en la atmósfera alrededor de la fuente de origen.

El mercurio elemental puede evaporar sea del terreno que del agua en la atmósfera. Cuando el mercurio entra en el medio ambiente por las emisiones en el aire, agua o terreno, se oxida en otros compuestos de mercurio.

Estas otras formas de mercurio forman metil mercurio, a través de un proceso químico o biológico (bacteriano). El metil mercurio se acumula en los tejidos de los peces y de los mariscos. En áreas de contaminación de mercurio, los peces grandes y viejos tienden a tener mayores niveles de mercurio. El mercurio emitido al medio ambiente restará por años.

Referencias:
Secretaría para el Convenio de Rotterdam sobre el procedimiento de consentimiento fundamentado previo aplicable a ciertos plaguicidas y productos químicos peligrosos objeto de comercio internacional - Apéndice IV - Partes CIRCULAR CFP XXII - Diciembre de 2005.

Fuente:"http://es.wikipedia.org/wiki/Compuestos_de_mercurio"

Greenpeace instala mercurio en el ambiente
jueves, febrero 04, 2010 | Author: MejorSinMercurio
Con el objetivo de reclamar el reemplazo total de las lámparas comunes por las de bajo consumo en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Rosario durante el primer semestre de 2008, Greenpeace lanzó "Maldita Bombita", nombre que le dio a la medida.

Esta vez Greenpeace ha acertado con el nombre de su campaña: “Maldita Bombita”. Porque las que acaba de instalar en la Casa de la Cultura del gobierno de Buenos Aires presentan el peligro potencial de liberar mercurio y fósforo al ambiente de diversas maneras, como también elevar los costos del reciclado de las lámparas que van a parar a la basura.

Dicen las noticias y presentan fotos de la invasión:
Hoy por la mañana, algunos activistas ingresaron al edificio de la Casa de la Cultura del gobierno porteño, situado en Avenida de Mayo y Perú, para cambiar las 70 bombitas por lámparas bajo consumo de las arañas instaladas en el hall de entrada del edificio, ante la mirada de sorpresa de los empleados.

Con el objetivo de reclamar el reemplazo total de las lámparas comunes por las de bajo con-sumo en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Rosario durante el primer semestre de 2008, Greenpeace lanzó "Maldita Bombita", nombre que le dio a la medida.
¿Por qué los activistas de Greenpeace se ponen cascos para cambiar una bombita de luz? Es parte del show, por supuesto, como sus mamelucos anaranjados que sirven para salvar ballenas, encadenarse a los camiones que transportan material a Botina, treparse a cualquier lado para poner banderas y carteles con el logo de la ONG, o tomar la sopa a mediodía, después de sacarse el disfraz de ballena de vinilo. Siempre hay una cámara de TV atenta, y uno que otro fotógrafo contratado para documentar tantos eventos trascendentales en la historia de la estupidez humana.

En realidad, las lámparas de “bajo consumo” no han venido a descubrir el agujero del mate, porque básicamente son iguales a los viejos y espantosos tubos fluorescentes que se usan desde hace más de medio siglo. Ambos dispositivos de iluminación emplean un recubrimiento de óxido de mercurio en su pared interior, más un añadido de fósforo que se excita con la elevada corriente que corre entre sus electrodos y produce la luz. Los viejos balastos de los tubos funcionan a 50 o 60 Hz (o ciclos por segundo), por lo que la frecuencia de encendido y decaimiento del fósforo es de 50 Hz y eso produce algunos inconvenientes en talleres que usan tornos y otras máquinas rotativas y algunas veces han sido causa de accidentes menores o graves en los operarios. Se debe a que 50 Hz está muy cerca del tiempo de persistencia de la sensación en la retina (1/16 de segundo) y el tiempo de demora del fósforo para disminuir o aumentar su luminancia agrava el problema.

Las nuevas lámparas de bajo consumo son fluorescentes que tienen una forma más compacta, tienen el balasto incluido dentro de su aún voluminoso zócalo, y las más baratas siguen con su frecuencia de 50-60 Hz de encendido apagado. Las más caras y modernas –que no vienen de China, por supuesto- tienen balastos que trabajan en la frecuencia de los 2000 Hz, por lo que el problema de visión “titilante” es totalmente eliminado.

Pero poco se ha analizado el problema del mercurio y el fósforo, tanto en los viejos tubos como en las modernas “malditas bombitas” de bajo consumo. El polvillo blanco que recubre su interior es óxido de mercurio y fósforo. Resulta sorprendente y paradójico que Greenpeace haya participado muy activamente en el pasado en campañas para la eliminación y reciclado de las pilas eléctricas, y todavía lo sigue haciendo (aunque las pilas de óxido de mercurio se dejaron de fabricar desde más o menos 1987 –trate de comprar una pila de mercurio y cuénteme si la encuentra), pero no se haya percatado ni alertado acerca del peligro o los riesgos para la salud que surgen de los tubos fluorescentes que se rompen a diario en la Argentina y las lámparas de bajo consumo que patrocina en esta su nueva sospechosa campaña.

En Estados Unidos se usan las lámparas de bajo consumo desde hace años, aunque se están promocionando actualmente la tecnología LED, que no contiene mercurio o fósforo, tienen menor consumo que las fluorescentes, mejor rendimiento, menor costo y mayor duración. Pero parece que ni el gobierno ni Greenpeace se han actualizado lo suficiente como para recomendar el uso de esta nueva e innovadora tecnología en lugar de una que tiene ya más de medio siglo de antigüedad. Pero es claro que no se le pueden pedir peras al olmo.


¿Cómo son los LEDs?

Hay dos maneras de fabrica una lámpara LED (Light emitting diode, o diodos emisores de luz):

Uno de ellos mezcla múltiples longitudes de onda de diferentes LEDs para producir luz blanca, permitiendo al fabricante ajustar la luz blanca a una temperatura específica de color, en el caso de las hogareñas, a una temperatura de entre 3800 y 5000º Kelvin, mientras más alta la temperatura K, más azulada será la luz, y mientras más baja sea dará luz más cálida o rojiza).

El segundo método usa LEDs con un compuesto de Indio-Galio-Nitride (InGaN) con una capa de fósforo para crear luz blanca. Este es el método más usad para fabricar los “LED blancos”.
Hay fábricas de LEDs, como la Philips holandesa, que fabrican lámparas que cubren un amplio espectro, entre los 2700 K y los 10.000 K, es decir, entre una luz bastante rojo-amarillenta y una sumamente azulada. Recordemos que la luz solar de mediodía tiene una temperatura de entre 5.600 a 6000 K.












Los LEDs son artefactos electrónicos de estado sólido, y son ampliamente usados en todos los aparatos electrónicos, radios, grabadores, computadoras, y en multitud de objetos de uso diario, donde se ven esos puntitos luminosos indicando que un aparato está encendido.

Los LEDs convierten la energía eléctrica directamente a una luz de un solo color.

Así hay LEDs rojos, verdes, azules, amarillos, etc. Porque emplean una tecnología de generación de “luz fría”, los LEDs no gastan energía en forma de calor que no produce luz. En comparación, una bombita incandescente emite en la banda del infrarrojo (no visible) una gran porción de la energía que produce. Como resultado, tanto las incandescentes como las fluorescentes producen una gran cantidad de calor que es un desperdicio de energía.

Además de producir luz fría, los LEDs:
- Pueden ser alimentados a partir de baterías portátiles, pilas o aún un panel solar.
- Se pueden integrar a un sistema de control.
- Son de tamaño pequeño y resistentes a los golpes.
- Tienen un muy rápido tiempo de encendido (60nano segundos versus 10 milisegundos para las incandescentes, y 1 segundo o más para las fluorescentes)
- Tienen una excelente rendición de color y presentan bajo a nulo peligro de shock eléctrico porque trabajan en el rango de 5 a 12 voltios, corriente continua.


¿Estudiaron el asunto antes de la campaña?

Visto lo anterior, queda claro que no. Lo que se pretende es ahorrar energía, no es verdad? Entonces hubiesen propuestos los LEDs y no las fluorescentes que ponen en peligro la salud de los acuíferos. Si el mercurio de una pila que no se fabrica más contamina 60.000 litros de agua, ¿cuánta agua contaminan los 5 mg de mercurio que tiene cada lámpara de bajo consumo?

Dicen los diarios:
"Es necesario hacer conocer a la población que las lámparas de bajo consumo contienen una carga de 5 miligramos de mercurio y también fósforo y que ambos agentes son contaminantes y con efectos nocivos para la salud", expresó la ingeniera Graciela Gerola, de la Agencia de Protección Ambiental de Buenos Aires. En el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) descartaron que estos focos encierren algún peligro para la salud. En cambio, advirtieron, luego de analizar el funcionamiento de 544 lámparas de bajo consumo en el laboratorio de luminotécnia del Centro de Física y Metrología que la mayoría "gastan casi lo mismo que las incandescentes, iluminan poco y duran menos", sostiene el informe.

¿Que hay de cierto en estos peligros?

En Estados Unidos hay una directiva que exige que cuando una lámpara de bajo consumo se rompe en una casa, se debe avisar a la oficina de emergencias del municipio que enviará a una compañía de expertos en remoción y limpieza de los residuos. Mientras esa limpieza se realiza la casa debe ser evacuada. Luego, los expertos pasarán una factura por el científico y riesgoso trabajo de eliminar el mercurio del ambiente –que no baja de los $1000 dólares.

Cada vez que ello sucede el ahorro logrado por el uso de las “bajo consumo” se evapora y deja un agujero en la economía del hogar. ¿Alguien llama a la oficina de emergencias? Desde que la gente se “avivó”, nadie. Por otro lado, nadie se ha muerto por la rotura de una “maldita bombita”, y los acuíferos siguen proveyendo de agua potable sin problemas. De modo que podemos dejar de lado, hasta nueva evidencia, el peligro del mercurio en las “malditas bombitas”.


El asunto del ahorro de energía

Los diarios nos cuentan que:


Para alcanzar el cambio gradual el Estado le compró cinco millones de lamparitas a Cuba. El objetivo es reemplazar a largo plazo 20 millones de unidades. Pero aún queda mucho por hacer.


"La eficiencia energética es la respuesta más rápida a la demanda de energía en el actual contexto de escasez en el suministro y es el camino más eficaz para reducir las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) a la atmósfera, y así mitigar las graves consecuencias del cambio climático. Las lámparas de bajo consumo ofrecen la misma iluminación consumiendo un 75 por ciento menos de energía", dijo Rosario Espina, coordinadora de la Campaña contra el Cambio Climático de Greenpeace.


Ya vimos que las lámparas incandescentes producen mucho calor sin producir luz, y ello es un gasto inútil de energía, si lo que queremos es producir nada más que luz. Ya sea han hecho estudios sobre la comparación entre las incandescentes y las fluorescentes de bajo consumo, y los resultados son contradictorios, aunque hay una ligera ventaja en lo económico para las fluorescentes.

Veamos lo que dicen los expertos:


Un cálculo al estilo "hágalo usted mismo", sobre la base de multiplicar el valor de estas lámparas más caras (20w) por el precio del kw/h (IVA e impuestos incluidos) y el tiempo de encendido (seis horas diarias, por ejemplo), indica que sólo a partir del tercer año de uso continuo podrían ahorrarse unos centavos. Más aún: si la lámpara de bajo consumo es de las más caras del mercado (unos $ 27) la amortización del costo podría alcanzarse a los siete años.

Entre las múltiples razones que suelen esgrimirse para fundamentar el cambio, el ahorro energético aparece como el más convincente. Las normales consumen un 80% más de energía que las de bajo consumo y, sin eventualidades de por medio, duran hasta 6000 horas, contra las 900-1000 horas de una común.


Pero, aunque parece, a primera vista que hay un “ahorrito” de energía, ¿cuánta es la energía que se ahorraría? Según los datos de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel), el consumo de energía en los hogares argentinos representa el 36% del total. Un 12% de esa cifra, según indicaron, corresponde a iluminación.

Buen dato. El 12% de del 36% usado en el país es igual al 4,32% de la energía usada para producir iluminación. El ahorro pretendido de las fluorescentes dicen que será de un 75%, en caso de que el 100% de las lamparitas sean cambiadas, el ahorro total de energía será del 3,24%.

Otros hablan de un ahorro bastante menor:

"El cambio de lamparita no es la solución, porque si el ahorro de la primera etapa es del 1,2% (con las 5 millones de lámparas de bajo consumo que impulsa el Gobierno) y la economía crece al 8% anual, la mejora será absorbida en menos de 60 días", consideró Hugo Allegue, de la Asociación Argentina de Luminotecnia (AADL).

Vamos todavía, muchachos del Greenpeace y de la pingüinera! Todo este show mediático y un probable negociado con las lamparitas chino-cubanas para que el próximo año el ahorro sea borrado del mapa en 60 días! El negocio del “Verde que te Quiero Verde” y la politiquería barata sigue dando pingües beneficios a los montadores del Show del Overol Naranja y lo ampulosos planes de gobierno sin pies ni cabeza.

Eduardo Ferreyra
Presidente de FAEC

Fuente:http://www.mitosyfraudes.org/Nuke/LED.html