La contaminación por mercurio es importante por sus efectos sobre la salud humana y por su repercusión sobre la contaminación del medio ambiente
El mercurio es el único metal que se presenta líquido a la temperatura ambiente. Es sumamente volátil. Por otra parte, tiene una alta capacidad para formar compuestos orgánicos e inorgánicos.
Al ponerse en contacto con un ambiente acuático, el mercurio se transforma en metilmercurio, un potente neurotóxico que se acumula por medio de la cadena trófica, en los peces y en los humanos y fauna silvestre que de ellos se alimenta. Se cree que el metilmercurio es uno de los seis peores contaminantes del planeta. El mercurio en su forma inorgánica existe en la naturaleza en tres estados de oxidación Hg0 (metálico), Hg2++(mercurioso) y Hg2+(mercúrico).
Los estados mercurioso y mercúrico pueden formar compuestos químicos tanto orgánicos como inorgánicos. Las formas orgánicas son aquellas en las que el mercurio está unido covalentemente al menos un átomo de carbono.
En su forma elemental, el mercurio es líquido a temperatura ambiente, y su elevada tensión de vapor, 0,0012 mm Hg, hace que esté presente en todas partes. Una atmósfera saturada de mercurio a 20ºC contiene 15 mg/m3 de mercurio. También algunas formas de mercurio tales como los derivados de metil y etilmercurio tienen una elevada presión de vapor a temperatura ambiente. Así, la del cloruro de metilmercurio es 0.0085 mm Hg y la del dimetilmercurio varias veces mayor.
La solubilidad en agua difiere mucho de unos compuestos a otros y aumenta en el siguiente orden: cloruro mercurioso, mercurio elemental, cloruro de metilmercurio y cloruro mercúrico. Las constantes de distribución entre aire y agua de los distintos compuestos de mercurio son muy diferentes, siendo las mayores las correspondientes a Hg0 y (CH3)2 Hg, 0.29 y 0.31 respectivamente, unas cuatro órdenes de magnitud superiores a las del resto de los compuestos, por lo que es mucho más probable encontrarlos en la atmósfera. El mercurio nunca desaparece del ambiente, asegurando que la contaminación de hoy será un problema en el futuro.-
Las principales fuentes de contaminación por mercurio son las naturales debida a los desprendimientos o el desgaste de la corteza terrestre y la causada por el hombre en los procesos industriales, que es la más importante y la que causa el 75% de las contaminaciones.
El mercurio se utiliza en la industria para la manufactura de equipos eléctricos y científicos como baterías, lámparas, termómetros, barómetros, etc. Su uso en pesticidas, conservadores de semillas, pinturas y cosméticos se han restringido en algunos países, pero todavía existen muchas compañías que lo utilizan. Otro uso muy controvertido son las amalgamas dentales, ya que desprenden vapores tóxicos que afectan a los dentistas y a los técnicos dentales. La mayor parte de estudiosos que han analizado este efecto aseguran que la gente que tiene amalgamas en los dientes o muelas no está expuesta a ningún riesgo de intoxicación ya que las cantidades de mercurio a las que se expone son mínimas.
El atún tiene facilidad para absorber mercurio
Desde hace años, la OMS, Organización Mundial de la Salud, se preocupa por los riegos del mercurio y su influencia en la salud humana, ya que la cadena alimentaria es uno de los puntos en que se concentra este mercurio indeseadamente presente en el ambiente.
Al ir remontando las cadenas alimentarias, el mercurio pasa de unos predadores a otros y buena parte de él acaba en el ser humano, esencialmente por el consumo de pescados como el atún y el pez espada, que tienen una especial facilidad para absorberlo. Según los especialistas en el tema, la contaminación atmosférica global del hemisferio Norte acaba depositándose en el mar y por ello se encuentra en cantidades relativamente elevadas en la pesca de alta mar. El mercurio se acumula en los seres vivos que lo absorben fácilmente pero no consiguen excretarlo.
Una persona media absorbe en su vida 0,4 gramos de mercurio, dosis unas mil veces menor que la que originó, entre 1950 y 1960, el desastre ecológico sobre los habitantes de la bahía de Minamata y Nigata en el Japón, al ingerir pescado con altos niveles de contaminación en metilmercurio debido a los vertidos de fábricas a la naturaleza.
La cantidad que normalmente recibe una persona no es mayor que un tercio de lo que la OMS estima como umbral de la peligrosidad. Sin embargo, y sobre todo para reducir el riesgo en ciertos colectivos, niños, ancianos, enfermos, etc., es deseable y prudente evitar estos niveles.
Otra fuente contaminante de mercurio son las centrales térmicas de carbón. El carbón, según áreas mineras, tipo, etc., lleva un determinado contenido de mercurio. Con la documentación sobre el contenido de carbón consumido en más de 1.200 centrales térmicas de todo el país, varios investigadores realizaron el estudio Mercury Falling en 1999, que presenta la primera revisión completa de la contaminación por mercurio debida al funcionamiento de las centrales térmicas de carbón.
Existe una urgente necesidad de reducir los crecientes daños producidos por la contaminación industrial de mercurio, sin embargo, aún se tardarán algunos años en conseguir el desarrollo de una estrate-gia integral para controlar totalmente los principales contaminantes atmosféricos generados por la generación eléctrica.
Fuente: http://www.estrucplan.com.ar/articulos/verarticulo.asp?IDArticulo=366
El mercurio es el único metal que se presenta líquido a la temperatura ambiente. Es sumamente volátil. Por otra parte, tiene una alta capacidad para formar compuestos orgánicos e inorgánicos.
Al ponerse en contacto con un ambiente acuático, el mercurio se transforma en metilmercurio, un potente neurotóxico que se acumula por medio de la cadena trófica, en los peces y en los humanos y fauna silvestre que de ellos se alimenta. Se cree que el metilmercurio es uno de los seis peores contaminantes del planeta. El mercurio en su forma inorgánica existe en la naturaleza en tres estados de oxidación Hg0 (metálico), Hg2++(mercurioso) y Hg2+(mercúrico).
Los estados mercurioso y mercúrico pueden formar compuestos químicos tanto orgánicos como inorgánicos. Las formas orgánicas son aquellas en las que el mercurio está unido covalentemente al menos un átomo de carbono.
En su forma elemental, el mercurio es líquido a temperatura ambiente, y su elevada tensión de vapor, 0,0012 mm Hg, hace que esté presente en todas partes. Una atmósfera saturada de mercurio a 20ºC contiene 15 mg/m3 de mercurio. También algunas formas de mercurio tales como los derivados de metil y etilmercurio tienen una elevada presión de vapor a temperatura ambiente. Así, la del cloruro de metilmercurio es 0.0085 mm Hg y la del dimetilmercurio varias veces mayor.
La solubilidad en agua difiere mucho de unos compuestos a otros y aumenta en el siguiente orden: cloruro mercurioso, mercurio elemental, cloruro de metilmercurio y cloruro mercúrico. Las constantes de distribución entre aire y agua de los distintos compuestos de mercurio son muy diferentes, siendo las mayores las correspondientes a Hg0 y (CH3)2 Hg, 0.29 y 0.31 respectivamente, unas cuatro órdenes de magnitud superiores a las del resto de los compuestos, por lo que es mucho más probable encontrarlos en la atmósfera. El mercurio nunca desaparece del ambiente, asegurando que la contaminación de hoy será un problema en el futuro.-
Las principales fuentes de contaminación por mercurio son las naturales debida a los desprendimientos o el desgaste de la corteza terrestre y la causada por el hombre en los procesos industriales, que es la más importante y la que causa el 75% de las contaminaciones.
El mercurio se utiliza en la industria para la manufactura de equipos eléctricos y científicos como baterías, lámparas, termómetros, barómetros, etc. Su uso en pesticidas, conservadores de semillas, pinturas y cosméticos se han restringido en algunos países, pero todavía existen muchas compañías que lo utilizan. Otro uso muy controvertido son las amalgamas dentales, ya que desprenden vapores tóxicos que afectan a los dentistas y a los técnicos dentales. La mayor parte de estudiosos que han analizado este efecto aseguran que la gente que tiene amalgamas en los dientes o muelas no está expuesta a ningún riesgo de intoxicación ya que las cantidades de mercurio a las que se expone son mínimas.
El atún tiene facilidad para absorber mercurio
Desde hace años, la OMS, Organización Mundial de la Salud, se preocupa por los riegos del mercurio y su influencia en la salud humana, ya que la cadena alimentaria es uno de los puntos en que se concentra este mercurio indeseadamente presente en el ambiente.
Al ir remontando las cadenas alimentarias, el mercurio pasa de unos predadores a otros y buena parte de él acaba en el ser humano, esencialmente por el consumo de pescados como el atún y el pez espada, que tienen una especial facilidad para absorberlo. Según los especialistas en el tema, la contaminación atmosférica global del hemisferio Norte acaba depositándose en el mar y por ello se encuentra en cantidades relativamente elevadas en la pesca de alta mar. El mercurio se acumula en los seres vivos que lo absorben fácilmente pero no consiguen excretarlo.
Una persona media absorbe en su vida 0,4 gramos de mercurio, dosis unas mil veces menor que la que originó, entre 1950 y 1960, el desastre ecológico sobre los habitantes de la bahía de Minamata y Nigata en el Japón, al ingerir pescado con altos niveles de contaminación en metilmercurio debido a los vertidos de fábricas a la naturaleza.
La cantidad que normalmente recibe una persona no es mayor que un tercio de lo que la OMS estima como umbral de la peligrosidad. Sin embargo, y sobre todo para reducir el riesgo en ciertos colectivos, niños, ancianos, enfermos, etc., es deseable y prudente evitar estos niveles.
Otra fuente contaminante de mercurio son las centrales térmicas de carbón. El carbón, según áreas mineras, tipo, etc., lleva un determinado contenido de mercurio. Con la documentación sobre el contenido de carbón consumido en más de 1.200 centrales térmicas de todo el país, varios investigadores realizaron el estudio Mercury Falling en 1999, que presenta la primera revisión completa de la contaminación por mercurio debida al funcionamiento de las centrales térmicas de carbón.
Existe una urgente necesidad de reducir los crecientes daños producidos por la contaminación industrial de mercurio, sin embargo, aún se tardarán algunos años en conseguir el desarrollo de una estrate-gia integral para controlar totalmente los principales contaminantes atmosféricos generados por la generación eléctrica.
Fuente: http://www.estrucplan.com.ar/articulos/verarticulo.asp?IDArticulo=366
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